martes, 29 de septiembre de 2009

Periódico A las Cumbres.

Desde esta semana circula la edición del periódico normalista "A las cumbres"

Me refiero en esta nota a la página dedicada a la Sede Rural Cariongo.


Preocupación Infantil

Desde su llegada esta mañana a la escuela H* se mostró preocupado. Luego del saludo me anunció:
-Más tarde baja papá porque lo citó Bienestar Familiar-

Le pregunté cuál era el motivo de la citación del ICBF para su padre, pero el niño no tenía clara esta información. Sin embargo, empezó a decirme que él se sentía bien con el papá, que desde que estaba estudiando en esta escuela las cosas habían empezado a cambiar para él.

Por ejemplo, señaló, mi papá me ha comprado ropa y zapatos y los útiles escolares que me faltaban. Yo le ayudo a él en el trabajo y ésto me gusta, porque estamos juntos y hablamos. A veces bajamos al centro y él me compra cosas. En cambio cuando vivía con mi mamá ella me golpeaba casi todos los días y cuando salía a trabajar en la noche me quedaba solo, con mi hermanita menor, y teníamos que esperarla hasta que volviera.

Y H* siguió hablando, por eso cuando fue el momento del refrigerio, le solicité que le informara a la profesora que orientaría el proyecto de comunicación que iba a estar dialogando con su profesor titular.

Consideré que el acto de escuchar a H* para este niño era muy importante. Continuó luego del refrigerio con el relato hasta llegar al presente donde reafirmó su bienestar al lado del papá. Terminada su historia donde aparecieron golpes, soledad, abandono y tristeza y algunas alegrías, se incorporó al encuentro de comunicación pero su preocupación había disminuido.

No le dije nada, porque no tenía los elementos suficientes para conceptuar sobre su situación, pero lo había escuchado y en esa actitud encontró el apoyo que necesitaba para sentirse importante, capaz de aportar a su desarrollo personal y académico, porque me habló que era consciente de que estaba mejorando su forma de letra, de leer, que estaba dando rendimiento en matemáticas y que se sentía alegre con sus amigos y profesores en la escuela. Que ya no se volaba ni tenía necesidad de escaparse para estar con su padre.

Compromiso: Estaré pendiente de la situación que rodea a H* para contribuir en la medida de las posibilidades a apoyarlo y a orientarlo para que no le sean vulnerados sus derechos.


Otras presencias

Aparte de las maestras en formación que la ENSP envía para que desarrollen la etapa de práctica docente, la Universidad de Pamplona ha delegado a otro grupo de estudiantes del programa Pedagogía Infantil para que se vinculen como practicantes en la sede.

La experiencia busca acercar al campo real de la educación a jóvenes que se forman en la institución de educación superior.

La mayoría de ellos no han cursado su bachillerato en escuelas normales, de tal forma que las carencias en cuanto a formación en el érea pedagógica están a la orden del día.

Sin embargo, se entiende que luego de siete semestres (éste es su nivel de estudio en la actualidad) la Universidad se ha encargado de orientar a los futuros egresados en el área pedagógica. Aunque no con la misma intensidad y dedicación que supone una escuela Normal.

A la altura del año lectivo la presencia de este personal puede representar alguna pérdida del ritmo en el desarrollo de los programas académicos.

Si bien es cierto que la llegada de los practicantes representa eventualmente un nuevo aire para los estudiantes, la dinámica del proceso enseñanza aprendizaje, en ocasiones se enmarca en desórdenes, explicaciones superficiales, poca atención a hábitos, escasa atención a las diferencias individuales, entre otros aspectos, que sumados determinan cambios hacia lo negativo en el desempeño y rendimiento de los estudiantes.

Sobre estas reflexiones he dialogado con los estudiantes universitarios y normalistas, buscando disminuir el impacto generalmente negativo que su presencia representa para el ritmo del año lectivo.



Títeres

Por inciativa de la profesora de los niveles segundo y tercero se programó para el pasado lunes un taller para la construcción de títeres.

Para permitir que todos los niños y niñas de la sede tuvieran la oportunidad de compartir la experiencia, lo hicimos extensivo a todos los niveles.

Previamente se sugirió una lista de materiales para conseguir.

La idea fue construir los muñecos a partir de elementos reciclables.

De tal forma que para este fin objetos como envases plásticos  de gaseosas, jugos, aceites, talcos medicinales y otros, tapas, botones, cajas pequeñas de cartón, hilos, lanas, semillas, piedras resultaron precisos.

Como antesala una pequeña representación en improvisación de los profesores, algunas explicaciones muy sencillas sobre qué es el títere y sus posibilidades de uso, estructura del muñeco y clases más usuales.

Luego: manos a la obra.

Los docentes nos encargamos de orientar a partir de instrucciones sencillas el trabajo que tenía la guía del muñeco que cada uno de nosotros elaborábamos.

Al final: gatos, gatas, marcianos, astronautas, ancianos, niños, indios, árboles, mariposas y un conjunto amplio de seres reales o imaginarios pasaron a convertirse en los nuevos habitantes de las aulas de clase.

En la parte final del taller algunos estudiantes se arriesgaron en el inicio de la manipulación y como producto de esta experiencia varios niños y niñas se apropiaron del teatrino que habían traído las maestras en formación de la ENSP y representaron pequeñas muestras donde cobraron vida los personajes por ellos concebidos, diseñados y puestos en escena.

Muchos de los niños a quienes les reconocemos por asomos de timidez o falta de dinamismo en cuanto a su participación en las clases, fueron los primeros y más decididos a socializar su obra.

Por este ejercicio puedo concluir algo que viene haciendo carrera en el mundo de la pedagogía de tiempo atrás: el teatro, y en este caso específico los títeres, son una excelente herramienta a la hora de asumir procesos de enseñanza y aprendizaje.

sábado, 26 de septiembre de 2009

¿Qué hay detras?

La primera vez me resultó algo a lo que nos fuimos acostumbrando en este país de inequidades y brechas enormes.

Es una situación con la que nos encontramos en cualquier calle de esta geografía maltratada.

Además, frente a las propuestas de erradicación del trabajo para los menores de edad, estos cuadros parecen aumentar en su presencia.

Cada día hay más niños o niñas que ofrecen desde un almanaque a mitad de año, hasta una colección de agujas. Bueno ésto en el mejor de los casos, porque es desgarradora la situación cuando lo que ofrecen es su humanidad, es decir, su vida.

La segunda vez, me llevó a iniciar una reflexión que ahora trato de plasmar en este post.

-¿Compra a tinto a docientos?

Y el dueño de esta más que comercial, conmovedora voz, es un niño que no supera los nueve años.

Lleva un termo dentro de una bolsa y se acerca a sus potenciales compradores con prudencia, y casi que con temor.

En este sitio, un Café Internet, los cibernautas, niños, jóvenes y adultos, escasamente realizan un corto moivimiento para no perder la atención sobre la pantalla, y sin percatarse de quién es el que habla, responden negativamente.  

Y es que el ofrecimiento del tinto a docientos pesos lleva una marca de tristeza aguda, de angustia.

Es cuando me surge la pregunta:

¿Qué hay detrás de esta venta de tinto? ¿Quién está detrás de este niño?

Bien pudiera ser lo más cotidiano: una mamá que ante la urgente necesidad de mantener a unos hijos o una familia, se ve en la obligación asarosa de mandar a la calle a uno de sus críos a vender café; pudiera ser que la madre es un padre sin trabajo y con alguna enfermedad, o un hermano a hermana mayor que le ha tocado echarse  a cuestas una responsabilidad con la que no contaba.

Pero también se puede contemplar que detrás de esta humanidad, agobiada y doliente (como reza en alguna de las novenas de los católicos) haya alguien que desde una más cómoda y ventajosa posición esté utilizando a este menor para explotarlo.

Es este país, mi país, donde muchas historias apenas nos llegan en forma de titular o de rostro apenas esbozado para no enterarnos por completo de las tragedias que viven seres humanos, desprotegidos y vulnerables en extremo.

Procuraré averiguar algo sobre esto. Es el aula sin paredes ni circunscripción geográfica. Son los estudiantes que tenemos no sólo por matrícula sino por compromiso y convicción humana.

viernes, 25 de septiembre de 2009

AGROVIDA



AgroVida es un programa de una multinacional productora de insumos agropecuarios que enseña a las personas el uso seguro y eficaz de los productos fitosanitarios.



De una manera clara y didáctica promueve el cuidado de la salud de las personas, el medio ambiente, al tiempo que busca crear en los trabajadores del campo colombiano y de sus familias un entorno sostenible en el tiempo.


Pictogramas para el buen manejo de los productos fitosanitarios, presentaciones y vídeos para orientar acerca del manejo seguro de plaguicidas formaron parte de la charla orientada por un funcionario de la empresa.


El lema de la campaña “Armonía con el medio ambiente y el usuario” contiene la intención de contribuir a reparar el eventual daño derivado de los productos sobre y su impacto negativo sobre la naturaleza.


Niños y niñas participaron activamente, realizando pregunta, presentando inquietudes, compartiendo casos particulares presentados en sus familias, leyendo los contenidos mostrados en las presentaciones.


Al final respondieron algunas preguntas dirigidas por el responsable de la charla y así participaron en la rifa de algunos útiles escolares.



El compromiso: socializar la información recibida con sus familiares y así iniciarse en una actitud de prevención frente a los potenciales riesgos cuando de manejar este tipo de productos se trata.

Me da pena

-Me da pena- ésa fue la expresión de J* cuando le correspondió el turno para leer apartes de la presentación que apoyaba la charla sobre “Manejo seguro de plaguicidas”



Habían leído o intentado leer los niños y niñas desde pre escolar hasta quinto. También lo había hecho A* (la niña que por estos días ha llegado a la escuela para integrarse al Quinto Nivel.


Algunos se equivocaron, otros lo hicieron con bajo volumen, otros más sin mayor interpretación o vocalización, pero leyeron.


J* había participado activa y entusiastamente, formuló preguntas, comentó casos particulares de su familia, realizó comentarios, pero… cuando le llegó el turno de leer, no lo hizo.


Después quedó en una actitud disminuida, recostado al estante de los libros, bajó la cabeza y mostró perder el interés en el tema que se trataba.


Pena es una americanismo que significa timidez, vergüenza. Y es la turbación de ánimo en la que caen algunas personas cuando experimentan temor a hacer el ridículo.


Me inclinaría a considerar que si en la escuela y mejor, desde la familia, no posibilitamos que los niños y niñas adquieran la habilidad para apropiarse de espacios y momentos en medio de conocidos o desconocidos, les estamos restando en su futuro desempeño la seguridad necesaria para enfrentar un contexto.


La habilidad a que me refiero se empieza a despertar y a adquirir con una efectiva comunicación desde la cuna. Hay que permitirle al niño que se exprese, al principio con balbuceos, gutureos, llanto, risas y toda esa gama de significantes con los que va creciendo el ser humano hasta llegar al lenguaje articulado y no articulado.


Cuando ya ha hecho suyo el mágico momento de la comunicación articulada se requiere de volvernos más oídos que bocas, invitarlo a manifestarse, a expresarse, a contarnos lo que siente, a decirnos lo que piensa, a compartirnos lo que sueña.


Y ante equivocaciones, apenas naturales, y necesarias por demás, hacerlo responsable de las mismas, pero orientarlo sobre la manera de corregirlas y superarlas.


Pienso que en este proceso, en algún momento de su vida familiar o escolar J* se enfrentó a una equivocación y no contó con el respaldo para superarla y lo que aflora en los momentos como el reseñado en esta nota, es la incomodidad experimentada en esa situación.


Ahora, tal vez años después, le corresponde a la escuela, en este caso al maestro, ofrecer a J* estrategias y posibilidades cercanas para que entienda que ese incidente sólo formó parte de su desarrollo natural y que está en el pasado y por lo tanto no existe, menos cuando es un factor desencadenante de momentos negativos en su vida académico que bien pudieran ser en el ámbito social.


Sobre eso hemos dialogado en otras oportunidades, pero hoy de manera aplicada le he propuesta una conversación franca al niño procurando hacerle entender que está en sus grandes capacidades la decisión de superar esta actitud.


Compromiso: Asumir las recomendaciones que he podido concebir a partir de este ejercicio de observación motivado en uno de mis estudiantes.