viernes, 7 de diciembre de 2007

Pares Académicos

Para el jueves 29 de noviembre se estableció la visita de los pares académicos a sede rural Cariongo.

Muy temprano llegué a la escuela. Sobre las seis de la mañana estábamos convocados niñas y niños coinvestigadores y los amigos banqueros para alistarnos.

Al poco rato llegaron las madres de familia encargadas de la preparación del desayuno para los ilustres visitantes.

Debía ser autóctono, ellas formales y descomplicadas, pensaron en el siguiente menú: caldo de papa con costilla, arepa de trigo, chocolate y cuajada. Una sabrosa elección en todo caso.

Cuando estaba en la mitad el proceso de maquillaje de los banqueros un estallido menor nos sorprendió. Entonces entró al salón donde alistábamos a teatreros y bailarines la señora Fidelina a decirnos que la olla a presión había perdido la tapa y adiós al caldo! Qué mala noticia. Pero con mucho entusiasmo procedieron a superar este peligroso impase.

Ya en escena los cuatro zanqueros (Yeison Gabriel, Edicson, Alexander y Duván) y listos los integrantes de danzas de Monteadentro, en medio de una deliciosa aroma a desayuno recién hecho apareció en la cuesta de Doña Elvira el vehículo que traía a los pares académicos. Ya el día anterior nos habíamos presentado y saludado.

La profesora Ester quedó sorprendida en el comienzo de este día con los gigantes ataviados colorida y alegremente y pidió una fotografía para su memoria.

Hubo saludos y sonrisas y se procedió a pasar a manteles, que en esta ocasión brillaron por su ausencia.

Terminada esta actividad con villancico en Inglés incluido los visitantes se dieron a la tarea de observar las carteleras que los diferentes grupos habíamos colocado en el corredor de la escuela.

Y en un momento insospechado la coordinadora de la Básica Primaria condujo a los Pares Académicos al salón de los niveles tercer, cuarto y quinto. Y aprovechando que me encontraba cerca me dijo:

-Bueno profe, quiero que le presenten a los profesores el trabajo del proyecto que ustedes tienen-

Y pensando que de manera muy sentida esperábamos este momento para contar en parte lo que hacemos fuimos acomodando las sillas en mesa redonda, como decimos, y nos preparamos para conversar.

- Gracias señores profesores por estar en nuestra escuela y de verdad que queremos contarle algo de lo que hacemos. Pero… creo que no tengo nada más qué decir… No se si estos niños y niñas quieran decir algo..- No fue más lo que dije como presentación y entonces Carolina no se hizo esperar y comenzó a hablar de “Aprender : Un Acto de felicidad”

Uno a uno y a una, fueron diciendo lo de los proyectos (ocho en total), respondieron las preguntas que el profesor Moisés o la profesora Ester les formularon, y ante la inquietud del señor Rector de la Normal, cada uno contó el libro que más le gustó de los leídos durante el presente año.

Ya en la parte final (contra-reloj) Carolina saltó de su silla para invitar al improvisado auditorio una poesía que había aprendido en Red de Escritores Escolares “La Maestra”.

Todos escuchamos con atención y nos conmovimos con el texto que termina con la gratitud del estudiante para su maestra ahora anciana.

Terminada esta socialización los dos pares académicos felicitaron el trabajo y valoraron la propuesta como un aporte a la pedagogía y elogiaron la capacidad mostrada por este grupo de niñas y niños campesinos.

Y así quedó registrado en el informe final que los Pares Académicos enviaron al Ministerio de Educación Nacional.

Dentro de la investigación y la práctica pedagógica cotidiana hay que resaltar el trabajo adelantado por el Profesor Javier Cote a través del Proyecto “Aprender: Un Acto de Felicidad”

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