jueves, 21 de febrero de 2008

Pasos atrás.

La vida definitivamente es una sucesión y una acumulación de instantes.
Algunos buenos, edificadores, constructivos y reconstructivos.
Otros, alguien diría, malos, demoledores, destructivos.
La atmósfera de este post es posible que se derive del los tres días anteriores. Un estudiante de otros tiempo, partícipe de la escena teatral, partía, o como dije en las exequias, caía en ese sueño profundo del que desconocemos mucho.
Pero en fin, lo que deseo escribir refiere al comportamiento de una de las estudiantes de Quinto Nivel: Pudiera ser cualquiera. O formar parte del reducido grupo de cuarto nivel. Con este nuevo año, sus expectativas, sus sueños... se aferró al propósito de dejar atrás los berrinches y pataletas que tanto daño le hicieron porque la privaron de vivir mejores instantes, involucrarse en momentos de aprendizaje integral y en últimas destacarse como una de las estudiantes destacadas del grupo de coinvestigadores.
El 2008 le trajo un aire renovado y durante las tres primeras semanas había sido fiel a su propósito.
Sin embargo, hoy, no superó un momento de evaluación de una de sus acciones agresivas en el recreo. Y en medio del diálogo de reflexión no soportó y rompió en llanto.
-Qué hacer?
-Invitarla en tono algo alto a que prosiguiera en su llanto.
Suspendió y permaneció con los hipos característicos de los párvulos cuando amainan su llanto.
Luego, ya calmado, testimonió las palabras que se consignaron en el observador del estudiante y entonces, expresó para ser registrado su compromiso de no volver a esta situación ya superada.
-Yo Yésica Daniela, me comprometo a no volver a los berrinches- Dijo y entonces le agradecí su decisión y esa suerte de valentía de aceptar un comportamiento que no va con su perfil renovado.
Creo que cualquiera de nosotros puede en un momento dado de sus vida, hacer lo del cangrejo: dar un paso atrás, pero eso no implica, retroceder definitivamente.
Estaré dispuesto para seguir diciendo, es necesario caer, porque la obligación de levantarnos nos engrandece.

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