jueves, 20 de septiembre de 2007

¡Usted Puede, Yo puedo, Nosotros Podemos!



Esta es la segunda parte de la reflexión del día. Surge a partir de la misma experiencia referida en el post anterior.
El introducir algunos cambios en la propuesta de puesta en escena de la danza generó resultados positivos.
Pero siempre se necesita más. El estatismo, sinónimo de conformidad, no puede formar parte de la actitud de un maestro. Bueno, por lo menos de un maestro que quiera ser líder.
La práctica de la danza mejoró y se podía observar un resultado satisfactorio. Empero, no estaba a la altura de un certamen municipal.
En ese momento surge la necesidad de transmitir a los estudiantes y al coreógrafo algo de lo cual se viene hablando desde hace siglos: la motivación.
-¡ Bailemos de tal forma que no sólo ganemos el premio! ¡Bailemos para compartir un día alrededor de la alegría!- Les dije- antes de volver a posiciones para recomenzar el baile.
¿Verdad?
-¿Un paseo?
¿Sin pagar?
Es un premio, otro premio, no? Entonces sin pagar.
En esas palabras y en mi actitud estaba diciéndole a cada niño, a cada niña, al profesor Víctor:
¡Usted puede !
¡Yo puedo!
¡ Nosotros Podemos!
Debí salir para retomar la práctica de zancos que adelantaba en otro espacio de la escuela. A mi regreso los estudiantes bailarines salían corriendo y gritando del aula donde danzaban.
¡Ahora sí, lo hicimos, lo hicimos muy bien!
Y me rodearon para contarme por qué creían que el baile estaba muy bien.
¡Nosotros podemos! ¡Todos podemos! Si la pedagogía es una experiencia de motivación y cada encuentro (Clase) es una oportunidad para descubrir mis potencialidades y mostrar mis capacidades afinadas en el laborioso taller de la escuela.

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