sábado, 10 de marzo de 2007

Visita a la Escuela Alcaparral.





Luego de un aplazamiento, el viernes 9 de marzo realizamos la visita a la Escuela Alcaparral.
Se programó como una salida lúdica y ecológica con participación de todos los niveles de nuestro centro educativo.
Los niños y niñas de los niveles tercero, cuarto y quinto se motivaron lo suficiente como para vivir con ansiedad los días anteriores a esta actividad.
Por un lado era la posibilidad de conocer un sitio algo distante de la vereda, por otro la oportunidad para compartir con otros niños.
Uno de los componentes de la jornada estuvo centrado en socializar la experiencia de la huerta escolar que adelantamos en Cariongo.
Para los niños del P.P.I era la oportunidad para dar a conocer la actividad alrededor del proyecto de Plantas Medicinales y Aromáticas. Se trazó el compromiso de llevar semillas, abono orgánico y plantas para compartir con los niños de la escuela visitada.
En el paradero de la buseta estuvimos temprano. Entusiasmados a pesar de la fría mañana y de los nubarrones que cubrían la zona a donde nos dirigiríamos. La mayoría llevaba un maletín donde iban igual pedazos de arepa, dulces, frutas y las plantas medicinales dentro de bolsas negras.
Este día comenzó envuelto en el aroma de la hierbabuena, la mejorana, la manzanilla, tres de las plantas con fragancia generosa que habían traído los niños.
De nuestro grupo faltaron Maite Lisbeth y Javier Enrique. En el momento de este registro desconozco los motivos de su ausencia. Los demás, once en total, subieron a la buseta como si se tratara del comienzo de una larga excursión. Y es que estas actividades despiertan un alborozado entusiasmo en nuestros estudiantes. Lástima que no siempre las programamos con la periodicidad ideal.
En la parte baja de Cristo Rey desviamos a mano derecha por un carreteable arenoso. Bordeado de una vegetación enfermiza y en cuyos alrededores se apreciaban excavaciones de las cuales se extrae la arena para la construcción.
Entre respiraciones agitadas, risas incontrolables, palabras gritadas para darnos ánimo en el recorrido, llegamos a la Escuela.
Los niños y niñas comieron su avío consistente en la mayoría de los casos en galletas, bocadillos, pan y alguna bebida gaseosa.
Luego vino una actividad de integración para que los estudiantes de los dos centros educativos iniciaran una etapa de conocimiento y reconocimiento.
Ya en el terreno destinado para una huerta escolar, los niños de Monteadentro ayudaron a profesoras y niños de Alcaparral a concluir con la preparación del terreno donde se sembrarían algunas plantas medicinales y aromáticas.
Al finalizar este momento en un terreno de dos por cuatro metros, aproximadamente, algunas matas de borraja, hierbabuena, paico, canelón, cidrón, manzanilla y tomillo, quedaron sembradas en surcos. Ludy Tatiana y María Antonia, entre otros niños, explicaron la experiencia que se adelanta con el proyecto de plantas medicinales y la manera como se ha aprovechado el Laboratorio de la Universidad de Pamplona para destilar la esencia de plantas como la menta y el romero.
Un compromiso: Fortalecer este tipo de intercambios y programar otra actividad con un perfil más académico.
El regreso a la vereda Monteadentro se hizo cercano a la una de la tarde.

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