lunes, 13 de julio de 2009

Acompañamiento de la familia.

La familia tiene el más importante papel en el proceso de formación de los niños y niñas.
Si se ha dicho que la escuela es el segundo hogar, es innegable que el hogar es la primera y constante escuela.
No se puede concebir una formación integral si no hay un verdadero compromiso de efectivo y eficaz acompañamiento de parte de los familiares a los estudiantes.
La misión de la escuela no será plena si ella no continúa y se fortalece en el hogar.
Sucede que el acercamiento al conocimiento en sus diferentes áreas ha pasado a ser la función primaria de la escuela, vista desde la óptica de los padres. Así, siempre y cuando el espacio educativo le proporcione al niño o al joven conocimientos y conceptos que le sirvan para devolverse en determinado medio social o laboral, a veces académico) los padres están satisfechos con el rol del plantel educativo.
Bueno no podemos descartar que en ocasiones los padres consideran también si no necesario, por lo menos conveniente que los estudiantes adquieran algunas normas de vida, pero por encima de ellas está siempre lo académico.
Entonces, si en el hogar no se orienta a los niños y a los jóvenes para que cumplan a cabalidad y con responsabilidad los deberes que como estudiantes tienen, ¿qué se puede esperar de esa otra parte que permanece entre bambalinas y que apunta a la arquitectura del ser humano?
Hay una necesidad urgente de comprometer a los padres de familia para que recuperen su papel formador y desde éste acompañen a sus hijos en las actividades extra clase que son las que terminan fortaleciendo los procesos de enseñanza y aprendizaje que comienzas y se plantean en la escuela.

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