jueves, 9 de julio de 2009

Un ejemplo.

P.J. es uno de los niños integrantes del Nivel Cuarto. Luego del receso de vacaciones se ha presentado con una actitud que conserva la alegría y el entusiasmo, pero que suma o integra la decisiòn de superar las dificultades.
No sólo son palabras. Es uno de los estudiantes que manifestó: -Hice las tareas. Míremelas, profe.
Y en las diferentes actividades de los proyectos de aula muestra deseo de participar. Cuando le hago consciente de un error, o cuando él lo descubre, consulta la manera de corregirlo, o anuncia la forma como lo ha enmendado.
¿Qué puede suceder?
Toda semilla que se siembra y recibe las condiciones adecuadas para germinar, lo hace.
Durante el primer semestre, como manifestaba en espacio anterior, procuré inculcar hábitos, generar inquietudes, proponer maneras de cambio, sugería valores.., y ahora en este segundo semestre algunas plantas, casi todas, han empezado a germinar.
A mostrar tìmidamente sus primeros brotes.
Aparece el verde de las ganas. El brillo de las decisiones en favor de la superación.
Le expresaba a una madre de familia que el cambio no se puede dar de la noche a la mañana. Requiere de unas condiciones y de unos elementos, dentro de los cuales el tiempo juego un papel importante.
Ella deseaba que su hija, también del Cuarto Nivel, mostrara formas de responsabilidad de la noche a la mañana y alcanzó a plantear la posibilidad de trasladar a la niña a otro establecimiento "para ver si allí sí se volvía responsable".
Le respondía que la niña en cualquier plantel que estudiara iba a tener un comportamiento similar si no existía en ella la convicción de cambio.
El tiempo seguirá su marcha inexorable y espero seguir acompañando el cambio de mis estudiantes.
Después de seis meses de dudas y espera, ahora retorno a la convicción de las bondades del Proyecto.

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