Antes de acercarnos a la poesía, habíamos dedicado tres semanas a la fábula. Su estructura, sus características y su propósito. De estos encuentros quedaron algunos textos. Incipientes, para trabajar pero que son el reflejo de la espontaneidad y capacidad creativa de los infantes.
Este es un texto de Pedro Julio:
El pato y el ratón
El ratón le dijo: -juguemos al escondite-
-Pero ¿quién cuenta hasta cien?
Y el pato le dijo: voy a llevar al ratón. Ya está pidiendo. Lo llevó al nido, dijo: -Quédese con el hijo. Y al ratón: Tráigame la comida para mi hijo y le dijo al ratonto y se fue.
Y el chulo ya se había llevado al hijo del ratón.
El pato voló y entonces, se lo bajó.
El pato hacía cuá, cuá, cuá, aquí se lo traigo ratoncito.
Disparatado, de pronto por decir “ratón tonto”, escribió ratonto, sería una nueva palabra cuyo significado sería: roedor taimado, por ejemplo. Del ejercicio regular saldrán nuevos textos, más elaborados, tal vez mejor planeados, pero prevalecerá en ellos la creatividad y la capacidad de asombro de los niños.
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