viernes, 7 de agosto de 2009

Invitación de la Gobernación






Conocedora de la labor que se adelanta en nuestra Sede Rural Cariongo, la Gobernación de Norte de Santander y el Despacho de la Primera Dama, que continúan desarrollando estrategias para la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, nos invitaron a una jornada de interacción con los menores favorecidos por el Programa de la Fundación Esperanza del Ser y su proyecto de apoyo al menor trabajador.

Aunque la invitación se realizó con poca antelación, convoqué a niñas y niños con sus papás para comentarles esta posibilidad de enriquecimiento personal y académico.

Quince fue el número de cupos asignados. Y quince infantes fueron inscritos con la debida autorización de los padres y el visto bueno del señor rector de la Escuela Normal Superior. Pero el día jueves 6 de agosto, faltaron dos. Así es que trece fueron los favorecidos y privilegiados para compartir esta jornada.

La programación fue la siguiente:
• Recibimiento de la comitiva por parte de la Gestora Social del departamento, en la Garita.
• Almuerzo en el Comedor Infantil de la Fundación.
• Integración Deportiva.
• Recepción privada por parte del Señor Gobernador a la comitiva.
• Invitación a espectáculo privado para la delegación.

La salida, aunque prevista para las diez de la mañana se cumplió sobre las once, entonces, durante una hora el parque central de Pamplona se convirtió en el aula de clase.

Sirvió este espacio abierto para el juego, la observación que incluyó un detallado seguimiento a las palomas y una reflexión sobre quién las mantiene y dónde hacen o tienen sus nidos.

Y también aprovechamos el espacio y el tiempo para practicar algunos ejercicios de narración oral. Y aunque estaban destinados a nosotros y de pronto a algunos niños que acompañaban la delegación, más de un transeúnte mostró curiosidad e interés de escuchar alguna historia que los estudiantes compartían.

Ya en el bus de la Alcaldía Municipal que nos llevaría hasta Cúcuta, el campo de observación se hizo más abierto, pero con la limitante de lo raudo. Árboles, animales, colores, derrumbes, el río, vehículos, personas, el cambio paulatino de la temperatura, y muchos otros elementos del paisaje en que nos sumergíamos, se convertían en motivo de curiosidad, comentario, recuerdo, afirmación, respuesta, conclusión improvisada.

Hasta el primer punto de la programación: el recibimiento de la delegación en La Garita.

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