martes, 25 de agosto de 2009

La casa de las avispas

A comienzo del año escolar algunos estudiantes descubrieron en la parte superior del corredor un “chivón” y anunciaron este acontecimiento como uno de gran trascendencia.
El estruendoso descubrimiento corresponde a lo que en el diccionario se encuentra como “panal”, es decir, “el conjunto de celdillas prismáticas hexagonales de cera que las abejas forman dentro de la colmena para depositar la miel”. Y se explica a manera de complemento: “Cuerpo de estructura semejante, que fabrican las avispas”

Pues bien, esta arquitectura natural correspondía en esta ocasión a unas avispas negras, conocidas con el nombre de vaqueras. Su picadura, bastante dolorosa, ocasiona una inflamación aproximadamente de un centímetro por un centímetro y medio y con relieve de por lo menos cinco milímetros.

Los estudiantes decidieron, argumentando seguridad, quitar el chivón y para ello recurrieron a varas y otros elementos con los cuales terminaron despegando la casa de las avispas del lugar donde había sido instalado por los insectos, seguramente después de los fríos días de navidad.

Pero, muy contrario a lo que pudiera pensarse en cuanto al destino de este panal, fue lo que determinaron.

En vez de reubicarlo en un tronco de los árboles vetustos que circundan la escuela lo llevaron al rincón de Colombia: Aula de Agua.

-No tiene avispas. Ellas se fueron al quedar sin casa- dijo alguno de ellos.

Sin embargo, ignoraban que las celdillas celosamente tapadas con una película del mismo material constitutivo de la arquitectura, albergaban un pequeño ejército de avispas vaqueras.

Un día, sorprendidos anunciaron la presencia de uno de los insectos y al requerir una explicación, les dije que dentro de las celdillas habían sido depositados huevos que cumplirían con la metamorfosis para entregarle a la naturaleza otras avispas negras y brillantes como las que se habían quedado sin casa.

Desde entonces han sido testigos del nacimiento de avispas que algunas mañanas buscan el orificio dejado por la ruptura de un vidrio en una ventana y emigran al jardín que crece rudimentario en los alrededores.

Este episodio lo hemos incorporado a nuestro taller permanente de acercamiento al conocimiento.

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