lunes, 24 de agosto de 2009

Leer te encarreta.

Uno de los encuentros del Club de Lectura "Conejo Lunar" se realiza el día lunes a la tercera hora. Pero este comienzo de semana y dadas las actividades de rutina que incluyeron la realización del aseo a la escuela, fue necesario esperar a que el aula estuviera lista para comenzar la acción académica.



Los niños buscaron sus libros y comenzaron a leer. Unos quince minutos, pensé. Pero las historias los fueron atando al piso del patio de recreo que transcurrió más de media hora. Entonces, había que actuar: el encuentro del club se adelantaba y los niños y niñas iban a leer por lo menos otra media hora.


Aproveché para audicionar la forma como cada uno de ellos estaba realizando la lectura.


Muchas veces que el encuentro se desarrolla dentro del salón, la atención que prestan los estudiantes no se puede comparar a la observada aquella mañana. Eso me lleva a considerar que el espacio debe ser variable. Hoy leemos en el salón, la próxima vez en el patio, otro día en la cancha, de ser posible, un viernes a la orilla de la quebrada, otro comienzo de semana bajo los árboles nativos de la vereda.


Y mientras ellos continuaban apropiándose de las distintas historias, recordé algunos de los lemas de la pasada (21) Feria Internacional del Libro de Bogotá.


Y ahora que transcribo este post, me arriesgo a garabatear algunos que pudiéramos escribir en nuestra sede:


Leer te encarreta.


Leer te ayuda a comenzar un nuevo día.


Leer te hace olvidar el salón.


Leer te desaburre.


Leer de hace buena gente.


Exploraré las consideraciones de mis estudiantes y las compartiré próximamente.





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