lunes, 21 de septiembre de 2009

Movilidad

En este país se ha vuelto habitual el desplazamiento. Las cifras de este duro fenómeno se incrementan a diario y las consecuencias no se han tenido en cuenta por parte del gobierno para establecer mecanismnos de control, disminución y eliminación de esta dura realidad.

A la vereda durante los últimos cuatro años han llegado familias provenientes de otras veredas, de otros municipios y en ocasiones de otras regiones.

La llegada a la escuela de angustiadas madres (porque siempre son ellas las que se presentan) para solicitar un cupo para sus hijos, nos alertan de la llegada de una familia a la vereda.

Generalmente estas personas no viven por más de tres meses aquí. Las mismas circunstancias de falta de trabajo, pobreza y total inestabilidad las impulsan a seguir esa suerte de trágico peregrinaje.

Esta nota surge porque la semana anterior llegó la señora Marleny para que en la escuela se le recibieran a dos de sus hijos.

Una de ellas, A*, llegó para el Quinto Nivel. El último mes estudió en el centro Educativo Fontibón y durante los primeros meses del año lo había hecho en la Sede Central de la Básica Primaria de la Escuela Normal Superior.

Aparte de influir en la vida social, cultural y familiar (afectiva) de estos niños, esta movilidad forzada incide en el desempeño académico de niños y niñas que no tienen culpa alguna de una tragedia con la que se familiarizan para poder subsistir en este medio cada día más inhumano.

Registraré aquí las conclusiones de la valoración (diagnóstico) y lo que asimile A* durante el último periodo académico si es que antes no ha emigrado al lado de sus padres que seguramente buscarán ese mejor estado de cosas a que tienen derecho.



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